8 oct 2011

Steve gracias por todo y hasta siempre

Esta semana se nos fue uno de los más grandes en el mundo de la informática, Steve Jobs, desde Flu Project no nos olvidamos de todo lo que aquella mente maravillosa reportó e innovó. Pero quería darle un enfoque periodístico más profesional y contacté con una periodista amiga mía, Esther, para que realizará un artículo sobre Steve Jobs. Sin más dilación os dejo el artículo, gracias Esther, hasta siempre Jobs...

Artículo: Simplemente... adiós, Steve Jobs

La muerte de Steve Jobs es una de esas noticias que cuando somnoliento te despiertan por la mañana no acabas de creértelas. A su nombre irremediablemente está asociada una de esas palabras que tanto les gusta utilizar a los publicistas: innovación. Pero la suya era real, sobre todo en la forma. Desde la ignorancia diría que su éxito ha estado siempre más ligado a su visión comercial, que a su capacidad técnica. Eso sí, sin menospreciar unas facultades que le llevaron a tener bajo su firma 370 patentes.

Supo revolucionar un mercado que parecía predestinado a permanecer monopolizado mucho tiempo, en principio por IBM y después por Microsoft.

Allá por los 70 y en un garaje fundó Apple junto al otro Steve, mucho menos mediático, Wozniak. De hecho, las malas lenguas cuentan que lo que hizo Jobs fue saber cómo vender lo que su colega desarrollaba. Una unión perfecta que dio como resultado el Apple I, el primer capítulo de una serie que parece no tener fin. A él le siguieron el Apple II que ya empezó a dirigirse a un público menos profesional y después llegó la base de su revolución: Macintosh... Un ordenador con carencias, pero con ratón y que empezó a tener un manejo sencillo.

Y así era Steve Jobs... un hombre sencillo pero con carácter, con fuerza, con determinación, con decisión y con las ideas claras. Precisamente su personalidad le llevó a marcharse de la empresa en los ochenta, adquirir los conocidos estudios Pixar (que después vendió), formar una propia (NeXT) y acabar volviendo a Apple nueve años después como flamante consejero delegado y con su empresa absorbida por la propia Apple. Ahí ya dejó claro al mundo que Steve Jobs no iba a ser uno más.

Presentó el iMac, su belleza y la unión de CPU y monitor en uno; presentó el iPod, su comodidad y la nueva forma de entender la música con iTunes; presentó el iPhone, la pantalla táctil y una manera de comunicarse como nunca se había hecho y por último presentó el iPad y nos convenció de que era útil tener uno como ese en nuestras vidas. Se encargó de reinventar la forma de consumir tecnología. Hizo fácil lo difícil.

Hizo fácil que pagáramos precios abusivos por preciosos aparatos que no sabíamos que necesitábamos hasta que él nos lo demostró. Hizo fácil que le adoraran y le odiaran. Es sin duda un icono de este siglo. Es el símbolo de una filosofía de pagar por todo aquello que nos pone al alcance de las manos. Una filosofía que le llevó a tener a medio mundo a sus pies. Una filosofía que ha hecho que existan listas de espera para llevarte a casa su último lanzamiento. Una filosofía que ha logrado que sus presentaciones sean más esperadas que un estreno de Hollywood.

Y es que Steve Jobs era mucho más que un empresario. Forma parte de ese grupo de jóvenes con talento que solo necesitan cumplir los 20 para revolucionar el mundo. A Jobs siempre le ha rodeado un aura de persona que se ha hecho a sí misma, que ha conseguido las cosas con esfuerzo y que de joven la vida no le trató bien. Ingenioso, agudo, hábil, ocurrente, influyente... fue nombrado 'empresario de la década' por la revista Fortune.

Y es que pocas marcas están tan ligadas a la imagen de su creador. Cuando decidió apartarse de la primera plana algún tiempo después de enfermar, la Bolsa de Nueva York alzó las flechas y todas apuntaron a la 'manzana'. Jobs volvió.

Esta vez habrá que comprobar si la manzana mordisqueada más codiciada del mundo logrará no caer del árbol sin su sujeción. Por el momento, simplemente adiós, Steve Jobs.

 

 

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