22 nov 2019

Auditando los 5GHz sin morir en el intento (Parte I)

Si estás leyendo esto, lo más seguro es que hayas realizado alguna auditoría Wi-Fi en tu trabajo, o al menos hayas trasteado con tu propia red. El procedimiento, en resumen, suele ser: utilizar una antena que pueda configurarse en modo monitor e inyectar paquetes, lanzar la suite Aircrack-ng y empezar a interceptar paquetes como si no hubiera un mañana. 

Esto suele ser así de sencillo cuando se hace uso de una antena Wi-Fi de 2.4GHz, ya que al llevar tanto tiempo en el mercado, los drivers de los chipsets están totalmente integrados en el kernel Linux. Por desgracia, esto no ocurre aún con las antenas de 5GHz. 

En este primer artículo de la cadena vamos a realizar una pequeña introducción teórica a estas bandas de frecuencia desde un punto de vista “teleco”. En el siguiente artículo os contaremos paso a paso cómo configurar vuestros equipos para poder realizar una auditoría de una red Wi-Fi en 5GHz. 

¡Empecemos! 

Hoy en día, podría decirse que la gran mayoría de las redes Wi-Fi son “de tipo N”. Esto quiere decir que siguen el estándar IEEE 802.11n, el cual es una evolución de estándares anteriores (802.11b y 802.11g como los más conocidos) para alcanzar velocidades teóricas de hasta 600Mbps. Por lo general, una red de este tipo ocupa un ancho de banda de 20 o 40 MHz y se emite sobre una de las 13 portadoras que existen en torno a los 2.4GHz (lo que se denomina “canal”). 



Estos son los canales de la banda 2.4GHz (el 14 está prohibido en Europa) [Fuente: Wikipedia] 

¿Por qué 2.4 GHZ? Porque es una banda ISM de uso libre y de relativamente gran alcance. Sin embargo, este alcance es lo que genera el problema de esta banda: todo el mundo tiene un router Wi-Fi en su casa emitiendo señal. Así que es muy común hacer un análisis del espectro y ver a todos vuestros vecinos interfiriendo con vuestra preciada señal. Suponemos que la siguiente imagen os resultará familiar: 


El horror de las interferencias 

Y por esta enorme saturación, esos 600Mbps son totalmente teóricos (dad gracias si os llegan 60Mbps). Por este motivo, llegó un momento en el que era necesario aumentar la velocidad de los routers inalámbricos (¿quién va a contratar 500Mbps de fibra si por Wi-Fi le llegan 20Mbps?). 

La solución fue aumentar la frecuencia de emisión, saltando a los 5GHz: al ser una banda de frecuencias más alta, el alcance es menor (digamos que a la misma potencia de emisión “las ondas son absorbidas por más cosas en vez de atravesarlas”). Esto evita las interferencias con tus vecinos, ya que a la señal “le cuesta más” atravesar las paredes. Por esta misma razón, al estar más libre el espectro, se pueden usar canales mucho mayores, aumentando con ello la tasa binaria. 

Por esta razón, el uso de 5GHz permite obtener unos bitrates mucho mayores que en 2.4GHz; y, pese a que es posible usar el estándar 802.11n sobre 5GHz, el rey indiscutible de esta banda es el IEEE 802.11ac, el cual permite obtener velocidades teóricas de hasta casi 7Gbps haciendo uso de anchos de banda de hasta 160MHz. 



Canales en 5GHz en Europa. Como veis, es un poco más lioso que en 2.4GHz [Fuente: Cisco] 

Como curiosidad, os mostramos el espectro de la banda de 5GHz en el mismo punto que antes: 



Mucho mejor así, ¿no? 

Para concluir para esta primera parte y a modo de resumen, ante la saturación de la banda de 2.4GHz, se están normalizando las redes Wi-Fi sobre 5GHz debido al mayor bitrate que proporcionan. 

Por tanto, es necesario también realizar pruebas de auditoría Wi-Fi sobre 5GHz. En el siguiente post hablaremos sobre qué pasos seguir para poder realizar estas auditorías. 

¡Saludos! 


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