Vivimos en una sociedad hiperconectada, una sociedad que nos lleva al ritmo del tiempo (Kronos) que nos marca el paso siguiente que debemos dar para no perderle. A esto nos ha llevado años de evolución a vivir angustiados porque el tiempo se nos escapa, se pierde, no se aprovecha. Los griegos hablaban de Kronos y Kairós como elementos temporales bien diferenciados en la vida, sabiendo lo que es el transcurrir o el paso del tiempo y los momentos de aprovechamiento, de distanciamiento con nuestro estrés para abrir un momento de calidad, pero que también es temporal.
Para los griegos eran elementos que se encontraban en la temporalidad, pero que debíamos saber gestionar y a cada cual en su momento. Hoy en día, estando pasando una pandemia, estando inmersos en una sociedad dónde el ‘tic-tac’ es constante es importante saber gestionar los momentos de calidad, los momentos de aprovechamiento de lo que queremos, de lo que necesitamos. Momentos que nos permiten disfrutar del ratito que necesitamos con un compañero, el ratito de aprendizaje que quiero dedicar, el ratito para reír que necesito con un amigo, el ratito que quiero echar simplemente para perderlo.
Kronos es el tiempo del día a día, el transcurrir de las cosas, de las situaciones, de los trabajos, de la vida, personal y profesional. Es el que nos agota diariamente, el que nos estresa, el que nos comprime, el que hace que no tengas el hueco en la agenda. Kairós es el que seleccionamos, el que nos permite darnos el respiro, mirar al tiempo con calidad, hacer lo que necesitamos en un momento. Ese momento Kairós es el que debemos maximizar, aprovechar y sacar el mejor rendimiento. Es el tiempo dedicado a lo que necesites, a lo que tu mente y cuerpo requiera. El momento Kairós puede ser aplicado en cualquier lugar, en cualquier instante que tu lo necesites.
La recepción de mensajes diarios vía email puede conllevar la responsabilidad o necesidad de responderlos creando cierta ansiedad. Construir tiempo y espacio para llevar a cabo dicha tarea puede ser, en algunos casos, misión imposible. Llevo tiempo usando MyPublicInbox para la gestión de consultas y respuestas valorando el tiempo tanto del que envía su email como el mío para la respuesta. Realmente, podemos ver la misma operativa, es decir, te pueden enviar un email o varios al día o puedes recibirlos a través de MyPublicInbox, pero realmente la operativa cambia cuando la necesidad del que envía el email es realmente una necesidad. Me explico:
- Cuando uno está aprendiendo tiene dos formas de resolver las dudas. Primero buscando información sobre cómo puede resolver ciertas situaciones. El tiempo invertido en ese aprendizaje es tiempo de calidad, ya que, aunque le pueda parecer que no, es tiempo invertido en un aprendizaje personal, un reto que uno acaba resolviendo. La segunda opción es preguntar rápidamente al profesor.
- Es cierto que el profesor está ahí para ayudarte. En mi opinión hay que disponer de un equilibrio entre el tiempo que invierto en resolver el problema y el tiempo que invierto en que me den la respuesta.
- Si me dan la respuesta sin yo invertir nada de tiempo, puedo caer en la comodidad y acabar por no aprender el porqué. Esto último será lo que hará que interiorice el conocimiento en mi interior, no el que un profesor me dé la respuesta inmediatamente.
- Esto a veces es complejo de ver, ya que tendemos a solicitar una respuesta a un problema a la primera persona que tenemos al lado (el profesor).
- Al igual que no es lo mismo pegarme con un ejercicio o verlo resolver a otro. No es lo mismo. Cuando me sitúe frente al problema, el ejercicio o lo que sea y lo intente resolver, tendré que chocarme con ciertas piedras antes de llegar al final. Si veo a otra persona resolverlo puedo aprender el camino, pero no veré el fondo o todos los sub-caminos que podían existir en el camino básico. O incluso, no seré capaz de recrear el camino, porque hay partes que no entendí.
Si esto lo llevamos al plano anterior, lo que quiero decir es que no es lo mismo recibir correos electrónicos con consultas de todo tipo, cuando no ha habido un trabajo previo a conseguir un filtro dónde el que envía el mensaje ha utilizado su tiempo para entender lo que necesita, lo que quiere y explicar los problemas que tiene (habiendo echado tiempo a intentar solucionarlo). Cuando alguien hace ese ejercicio previo, la consulta que llega tiene mucho más valor.
De cara al receptor de las consultas ocurre algo similar. El tiempo que va a dedicar él a la respuesta es un tiempo que invierte, simplemente, porque el quiere. Es un tiempo que quita de otras situaciones, familiares, amigos, etcétera. ¿Entonces es por la pasta? No. En muchas ocasiones ese tiempo que se invierte en responder a consultas, e-mails, etcéteras, es simplemente donado. Sobre el concepto de donar el tiempo hablaremos en otra ocasión. Para esta entrada ya hemos tenido suficiente. Simplemente os dejo una pequeña reflexión a título personal sobre el tiempo, el estrés, la calidad y los tipos de consulta.